Si tuviese que describirme en una sola frase, diría que DIOS ES MI TODO Y MI RAZÓN DE SER. Le amo por encima de todo; reconozco que todo lo que soy, lo que seré, lo que tengo y lo que tendré SE LO DEBO A DIOS. Y le estoy agradecida a Él por todo ello.
A esta servidora (como quizás también a muchos de ustedes), le ha tocado el honor inmerecido de servir a Dios en la alabanza y adoración, como ministerio. Con el correr de los años Dios me ha permitido desempeñar diversos roles dentro del marco del ministerio de la música que exalta a Dios, ya sea a través del canto, tocando algunos instrumentos musicales, impartiendo clases y pequeños seminarios, así como en el liderazgo de grupos de alabanza, entre otras cosas. Y todo esto, bajo la cobertura de diferentes ministerios y con gran diversidad de co-servidores. También me gusta componer canciones; amo leer, escribir poesía, novela, cuentos en general y escribir sobre todo aquello que me interesa y apasiona (como en este blog y otros que tengo); hago manualidades, bricolaje, jardinería y algunas cositas más.
No soy cantante ni músico profesional, ni tampoco he cursado estudios formales en dicho ramo. Mi formación en este bregar (como quizás también la de muchos de los que me leen) ha sido mayormente de manera empírica y autodidacta (aprendiendo al hacer y a veces, por ensayo y error). Pero sobre todo, mi mayor enseñador ha sido el Señor (Job 36:22). Y sé que todavía me falta muchísimo por seguir aprendiendo. Aún así, Dios me ha permitido, POR SU GRAN MISERICORDIA, servirle a él durante más de 40 años (con algunas pausas intermedias) en este ministerio tan hermoso de alabarle y adorarle a él. Qué bueno que Dios no busca a los perfectos; Gladys Aylward, misionera en China durante el siglo pasado y heroína de la fe, escribió este hermoso pensamiento, con el cual me identifico: "Yo no fui la primera opción de Dios para lo que hice en China... No sé quién habrá sido. Debió haber sido una persona instruída. Yo no sé como sucedió. Quizás esa persona murió o no estuvo dispuesta; y Dios miró hacia abajo y me vio a mí y dijo: -Bueno, Gladys está dispuesta." Obviamente, no se me ocurre compararme con aquella ejemplar sierva de Dios. Pero sí comparto su sentir, entendiendo que no soy la persona más idónea para servirle al Señor en este ministerio, pues hay muchos más capacitados que yo. Solo procuro no negarme al llamado de Dios e intento hacer lo que él me vaya encomendando, apoyándome siempre en él y entendiendo que "si el Señor no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican" (Salmo 127:1). Así, consciente de mis propias limitaciones, no pretendo en ninguna manera auto-instituirme aquí como una autoridad en la materia de la música ni de la alabanza a Dios, pues no estoy en capacidad para ello. Por el contrario, sé que muchos de ustedes bien podrían instruirme a mí.
Quisiera así, aportar mi granito de arena y compartir con los lectores algunas cosas que el Señor me ha ido enseñando a través de mi caminar con él.
A través de este blog espero y deseo, de alguna forma, ser de bendición, edificación e incluso entretenimiento a todos ustedes que me honran con visitar este, su sitio, ¡ALABA, ADORA!
Bienvenidos sean siempre... Sinceramente,
Vicky.
(Autora de ¡ALABA, ADORA!)
Nota: Todos los escritos de este blog son originales y de mi propia autoría (a menos que se indique expresamente lo contrario). Para el desarrollo de los temas en él tratados, me he apoyado en múltiples fuentes (tanto cristianas como seculares); también, en mi propia experiencia de vida; pero, sobre todo, en la Biblia, la Palabra de Dios.
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